domingo, 30 de agosto de 2015

¿Me escuchas?

Me escuchas?
Tú que me observas sin piedad, que me construyes sin razón alguna y dejas que mi cuerpo se fragmente, se extienda, se haga un nudo entre puntos muertos. Pretendes que entienda esa fascinación melancólica a la gravedad?
Tú, un silencio ajeno que no deja de susurrar para ser escuchado, un sin sombras que se deja arropar por pupilas enrojecidas, un objeto dentro de un sujeto que pretende ser.
Dime, qué nos une ... me escuchas?
Si, te hablo a ti, si no me dejas me iré, romperé este lazo que nos une, me perderé y solo así, tú y yo dejaremos de existir.

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