Junto al viejo muro entre la hierba...
muro y su ventana con el marco de enredadera.
Retorna el rectángulo en forma desigual, observa la cascada en caída complaciente;
el equilibrio en la esquina de las diez mil especies derruidas, por recuerdos y anhelos ya hilados.
Cuando necesito escucharme acudo a la naturaleza. Mientras me escucho me comunico con ella...le hablo y ella me habla a mi. Es cuando más tranquila me siento, en soledad con ella. Escucho, huelo, siento...observo su armonía y me escucho a mi misma. Todo está bien...